21/2/10

La inevitable caída en el olvido

Las personas olvidamos. Y a la vez somos olvidadas. Muchas veces porque nos lo ganamos, otras por necesidad, otras por un simple descuido... Lo jodido es cuando olvidas sin poder hacer nada para remediarlo. Por circunstancias de la vida, llega un momento en que tanto para ti como para otras personas cambia lo que suponían para ti o lo que tu significas para ellas, y poco a poco, por descuido, por no querer evitarlo, por lo que sea, pasas a un rincón oscuro. Lo bueno es que un simple gesto te devuelve a ti o al resto a la luz donde siempre habías estado.
Como decía antes, lo peor es cuando no puedes estirar el brazo para volver a traer a esas personas hacia ti. Cuando lo único que pasa es que poco a poco, de una manera lenta, todos los recuerdos que tenías en la cabeza sobre alguien se borran hasta llegar al punto de no reconocer a quién tienes delante de ti. Lo más jodido todavía es que no eres consciente de ello, quien realmente se da cuenta de ello son los olvidados, y además de darse cuenta, lo sufren muchísimo.
Recuerdos de miles de veranos en el pueblo, en la viña recogiendo uva o moras en el camino hacia el huerto para recoger verduras o regar. Recuerdos de navidades cantando villancicos, de cumpleaños, de paseos por el parque, de sobremesas tras el melocotón con vino, de esa tarta de crema de café...
Poco a poco pasan a formar parte de una nada, de un limbo, de un pozo del que sabes que esa persona no va a poder recuperar, porque ni siquiera es consciente de que se encuentran allí. Así que si tenéis la oportunidad, no olvidéis.